Conferencia
Ayer me alquilé una bici y me pasé el día paseando por las playas de Venice y Santa Mónica (Los vigilantes de la playa, Pacific blue, Forrest Gump, etc...) Pronto habrá fotos en el flickr.
Hoy, la presentación ha ido razonablemente bien. Han pasado bastante de mí, pero desde el principio sabía que esas imágenes donde todos se arremolinaban a mi alrededor escuchándome no eran sino peliculas mentales para "visualizar el éxito" (táctica oratoria como el café: te deja con un sabor amargo al final pero mejora tus resultados) Lo mejor: un profe australiano (os acordais de aquellos que me habían pisado la idea y por los que tuve que volver a empezar por otro camino? Pues ese) se ha fijado en mi trabajo y me ha ofrecido un doctorado en Australia. Lo peor: que este escribiendo este post. Ahora todos estan socializándose en un picnic organizado por el hotel. Aquí es donde se hacen los verdaderos contactos. Estaba el Proakis, un pez gordo de la NASA, etc... Aquí es donde habría podido conseguir un doctorado de pm, pero ¿que he hecho? Salir por patas.
No me encuentro cómodo hablando con gente importante, manteniendo el protocolo, comiendo caviar con cabernet o merlot (a elegir) y ataviado con la ropa que me recomendó el dependiente del corte inglés. En lugar de eso he acabado bebiendo cerveza con un tío gordo que se había colado en la recepción y al poco me he largado para venirme a este hostal de 20 euros la noche (a pie de la playa hippie de Venice, eso sí). Puede que sea porque con 13 años estaba en el Viana pidiendo con Nacho un "coctel molotov" para ver que tal sabía, puede que sea porque vengo de la FME en lugar de Harvard, o porque me he pasado los veranos haciendo travesías donde te duchas una vez cada dos semanas, pero el caso es que ese no es mi ambiente. Me da rabia, porque son gente realmente interesante, pero el caso es que voy a acabar emborrachandome con ginebra en el bareto del hostal y, con suerte, charlando con algún mochilero.
Hoy, la presentación ha ido razonablemente bien. Han pasado bastante de mí, pero desde el principio sabía que esas imágenes donde todos se arremolinaban a mi alrededor escuchándome no eran sino peliculas mentales para "visualizar el éxito" (táctica oratoria como el café: te deja con un sabor amargo al final pero mejora tus resultados) Lo mejor: un profe australiano (os acordais de aquellos que me habían pisado la idea y por los que tuve que volver a empezar por otro camino? Pues ese) se ha fijado en mi trabajo y me ha ofrecido un doctorado en Australia. Lo peor: que este escribiendo este post. Ahora todos estan socializándose en un picnic organizado por el hotel. Aquí es donde se hacen los verdaderos contactos. Estaba el Proakis, un pez gordo de la NASA, etc... Aquí es donde habría podido conseguir un doctorado de pm, pero ¿que he hecho? Salir por patas.
No me encuentro cómodo hablando con gente importante, manteniendo el protocolo, comiendo caviar con cabernet o merlot (a elegir) y ataviado con la ropa que me recomendó el dependiente del corte inglés. En lugar de eso he acabado bebiendo cerveza con un tío gordo que se había colado en la recepción y al poco me he largado para venirme a este hostal de 20 euros la noche (a pie de la playa hippie de Venice, eso sí). Puede que sea porque con 13 años estaba en el Viana pidiendo con Nacho un "coctel molotov" para ver que tal sabía, puede que sea porque vengo de la FME en lugar de Harvard, o porque me he pasado los veranos haciendo travesías donde te duchas una vez cada dos semanas, pero el caso es que ese no es mi ambiente. Me da rabia, porque son gente realmente interesante, pero el caso es que voy a acabar emborrachandome con ginebra en el bareto del hostal y, con suerte, charlando con algún mochilero.
1 Comments:
me sé de una que te va a atizar un bolsazo por cada VIP que te dejes pasar sin darle la mano y una sonrisa a la americana.
Por mi parte, que te quiten lo bailao, que se aprende de los errores y que se disfruta de los éxitos.
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